Columna de humor #7 – Rechazo, tráfico, calor y vómito... aquí está nuestro viaje a Alcobaça

Como habrás leído en nuestro último artículo sobre la costa Vicentina, dejamos el sur de Portugal para subir a Lisboa y su parte sur en las afueras de Setúbal... bueno, en principio.

El día comienza con una salida retrasada de una hora... El plegado del toldo y la caravana, así como una preocupación de facturación en el momento del pago hacen que salgamos a las 11h. En un artículo anterior sobre consejos para los horarios de llegada expliqué que era mejor llegar antes de las 14h para tener habitación en los campings. Tenemos alrededor de 3 horas de conducción, así que nada malo.

Dirección al camping de Parque Verde donde no pudimos reservar online pero que ofrece precios atractivos además de una buena ubicación geográfica (a 45 minutos de Lisboa y 10 minutos del mar) en una zona no demasiado calurosa (no más de 27º según estimaciones).

Después de 2h45 de conducción, sin problemas, llegamos a nuestro destino bajo un hermoso calor (33°) y un ambiente bastante seco sin vegetación. No importa, aquí estamos... casi. De hecho, en la recepción del camping preguntamos que está reservado solo para miembros. ¿Cuyo? ¿Qué? No lo sabemos, pero el hecho es que no podemos entrar en el camping.

¡Fenomenal! Improvisación de búsquedas de campings en los alrededores... Hay 2-3 en la costa, así que veamos. El GPS nos lleva a través de pequeñas carreteras apenas accesibles en coche (imagínese con una caravana en las nalgas) hasta llegar a una horrible zona costera. A nuestra derecha el camping, sin árboles, con caravanas apiladas una encima de la otra. A la izquierda, bloques de edificios hasta donde alcanza la vista. Frente a nosotros, un mundo impresionante. Está decidido, ¡salgamos de aquí!

Después de investigar más, decidimos ir mucho más al norte, a un campamento que había encontrado el día anterior... Por si acaso. Pero antes de llegar allí, tienes que pasar por el infierno: Lisboa.

Accidentes, tráfico, hora punta... No lo sé, pero el hecho es que para acceder a la entrada del puente que separa la región de Setúbal en Lisboa, nos llevó una buena hora de viaje (durante unos diez kilómetros). Durante esta hora principalmente en atascos, nos trataron con un aumento de la temperatura de hasta 38 °, la amabilidad y amabilidad de la gente para dejarnos pasar (los nombres de las aves volaron en todas direcciones), una porción interminable de cien metros cuesta arriba (larga vida a la colina comienza con una caravana) y, para rematar, un buen vomito de Lobo. ¡Qué alegría!

Una vez que el infierno de Lisboa ha terminado, una parada de limpieza del maletero, una pequeña losa rompedora y un buen soplo de oxígeno, aquí estamos de nuevo por una hora en coche a Alcobaça ... Y a veces el destino nos depara algunas sorpresas agradables.

Llegamos alrededor de las 6 de la tarde a este pequeño camping de aspecto salvaje, rodeado de árboles en un vasto parque de 8 hectáreas, tranquilo, a 5 minutos de la ciudad y a 15 minutos de la playa en coche. Después de todo este viaje, ¡creo que vamos a estar allí!